martes, 20 de agosto de 2013

Luna llena.

¿Nunca habéis sentido ganas de ir a la luna?
¿No la veis maravillosa, allí arriba? ¿No pensáis que es preciosa y os quedaríais horas mirándola?
Entonces nunca habéis estado realmente enamorados.
O no os habéis enamorado a mi manera, de una forma romántica y distante.
Suele llamarse el arte de amar desde lejos.
¿Nunca habéis querido a alguien que no podéis tener? ¿A alguien inalcanzable?
Ya sea alguna persona famosa, o alguien a quien tengáis cerca, pero igualmente sintáis lejos.
Todo el mundo ha tenido amores platónicos, difíciles, imposibles. La típica persona en la que te fijas y no te atreves a acercarte a ella. 
Aunque tal vez vosotros tengáis el suficiente valor y autoestima para haceros notar y no perder oportunidades, yo no siempre soy así. Yo algunas veces he preferido amar desde lejos, y cuando los nervios participan demasiado, las mariposas empiezan a morir y el sentimiento empieza a volverse doloroso en vez de ser auténtico y especial como al principio, lo dejo y voy a encontrar algo nuevo.
Nunca a buscar, a encontrar.
Aunque a veces lo intento en vez de alejarme, pero tengo que acabar dejándolo igualmente.
Soy demasiado sensible y cobarde, lo reconozco. Pero siempre he tenido miedo de enamorarme.
Aunque es cierto que de los errores se aprende, que hay que intentarlo y arriesgar, y siempre se sacará algo bueno, ocurra lo que ocurra.
Pero es que, hay veces en las que prefiero que las cosas me encuentren a mi y me sorprendan. No tener que estar yo siempre pendiente de dejarme encontrar.

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