sábado, 14 de diciembre de 2013

Toca prosperar.

Creo que no soy la única persona que, de vez en cuando, se siente desgraciada y con ganas de acabar con todo. Se siente infravalorada, o incluso demasiado valorada para lo que ella piensa que vale.
Todos nos hemos sentido así alguna vez en nuestra vida, y... ¿qué queréis que os diga? Está bien.
Está bien sentirse así de vez en cuando. No es nada malo. La vida se basa en tener altos y bajos, y saber llevar cada situación. Nunca estarás bien si alguna vez no has estado mal.
Nunca te sentirás libre si alguna vez no te has sentido acorralado, nunca sanarán tus heridas si jamás las has tenido, y tampoco te enamorarás sin conocer, a su vez, la peor parte del amor.
Todo va encadenado, todo tiene sentido, y yo no pienso que sea ningún Dios quien mueva todo esto.
Todo lo hacemos nosotros mismos, y si tú quieres prosperar, y seguir, hazlo. 
Ve por ello, busca sentirte mejor. Y, si no puedes, o no encuentras lo que quieres, simplemente espera, porque la vida pone a cada uno en su lugar, y nadie será nunca menos.

sábado, 26 de octubre de 2013

Llueve.

Me despertó la lluvia en mi sueño. 
Soñaba con la playa de noche, y oía una canción de fondo, todo el rato la misma canción. Durante todo el sueño. 
Hasta que me despertó un trueno, justo cuando apareciste tú. Y yo me desperté y me puse a llorar, como hacían las nubes.
Como hago siempre que sueño contigo.
Y es que nunca sueño contigo.
Por eso no estoy acostumbrada y me hace daño todo esto, me hace daño sentirme débil cuando apareces simplemente en un sueño.
Por eso me aterroriza la idea de volver a verte, y me siento increíblemente fuerte, y lo suficientemente bien como para levantarme cada día, y caminar. Porque sé que no te veré.
Sé que sólo volveremos a vernos en sueños.



miércoles, 23 de octubre de 2013

Infancia.


Cuando éramos pequeños, tendíamos a necesitar el amor de nuestra familia.
Esas personas imprescindibles, que siempre estaban allí, a las que acudías cuando te caías y te hacías daño. 
Ellos te ayudaban a levantarte sin pedirte nada a cambio.
Te cuidaban, te protegían sin pedirte nada, solamente que te portases bien, y que te comieses todo lo que había en el plato.
Los que tuvimos una infancia así, tenemos suerte.
Es la etapa que nos prepara para la adolescencia, le época más dura, que te enseña a prepararte para la vida real. Que es aún más cruel.
Y, quien no haya disfrutado en la infancia, ¿cuándo lo ha hecho?
Nunca lo va a hacer.
Lo malo es que nos damos cuenta de eso demasiado tarde.
Y las heridas que nos hacemos de mayores no nos las reparan nuestros padres.
Ni nos pueden ayudar a levantarnos, ni nos sostienen.
No nos curan. Aunque lo intenten. Simplemente pensamos que no nos entienden.
Pero, ¿sabéis una de las cosas que tenemos en común con nuestra infancia?
Las heridas.
Siempre son iguales.
De pequeños siempre nos reñían por arrancarnos las costras de la piel, era como si nos gustase sufrir ese poquito, como si nos incomodase que las heridas cicatrizasen.
Pues cuando nos hacemos mayores es igual. 
Rascamos y hurgamos en nuestra propia herida, por miedo, por sentirnos vivos. Y quienes no lo hacen, ya tienen las heridas de los demás.
Y, el día en el que por fin nos decidimos a dejar ir el dolor y a no volver a tocar la herida, para que cierre, es el día más vacío de nuestras vidas.
Y es que debes buscar otra cosa con la que poder herirse...




lunes, 7 de octubre de 2013

Quiero ser ideal.

El aire que respiro me está contaminando.
Necesito abrazarte.
El cielo está nublado, hace frío, todo es ideal. 
Recuerdo constantemente tus quejas, cuando me decías: ''prefiero mil veces este calor sofocante, que llevar mil cosas encima en invierno y que aún así tenga frío''.
Pero me la suda el frío o el calor, ¿sabes qué prefiero yo ahora?
Te prefiero a ti.
Y cada vez que me doy cuenta de hasta qué punto te necesito, me desanimo y pienso que tengo que salir de aquí, que necesito a alguien que llegue a mi vida y cambie todo.
Estoy perdiendo a toda la gente a la que quiero, algo malo debo de estar haciendo, ¿o no?
¿O tal vez las cosas pasan simplemente porque tienen que pasar y punto?
Tal vez haya que dejarse llevar, porque todo tiene un motivo.
Tal vez nunca fui suficiente y por eso todo se acabó. 
Quizá nunca estuvo bien que estuviésemos juntos.
Y esto estaba destinado a romperme el corazón y hacerme aprender.
Y perder.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Enamórate sólo una vez, y el mundo entero habrá cambiado.

                                                       


Me siento extraña desde que todo se acabó. 

Aunque en realidad... nunca hubo nada.
Fuiste un amor pasajero y extraño, hiciste que tuviese ganas de morir, de cortarme las venas, de no seguir existiendo.
Hiciste que tuviese ganas de arrancarme los ojos al verte con ella.
Pero me di cuenta de que tú no me hacías más daño del que me hacía yo a mi misma. Y por eso renuncié a torturarme más por ti. Creo que no me lo merezco.
Lo único que hice fue quererte, y si no funcionó, no fue mi culpa.
Eso es lo único que tengo claro de todo esto.
Me siento feliz al saber que algún día encontraré a alguien que me quiera, no como tú. Tú ya lo has perdido, ya me has perdido. 
Encontrarás a chicas más guapas que yo, a montones, en todos los sitios. 
Encontrarás chicas más cariñosas también, a cada paso que des, a mi nunca se me dio bien eso de dar cariño.
Chicas más inteligentes, más estudiosas, más aplicadas.
Chicas que prefieran irse de fiesta contigo y beber, a pasar una noche tumbada en el parque escuchando música y mirando las nubes, como hacías conmigo.
Chicas con las que no hables tanto y tengas sexo, chicas a las que no puedas contarles tus sueños, tus ganas de huir, de viajar, de ser músico, porque simplemente no les va a importar una mierda oírte.
Si todo esto te da igual, márchate. Vete, llévate todo y no mires atrás nunca.
Te aseguro que vas a encontrar a muchas personas, pero si algún día necesitas a alguien que te quiera como te quise yo... te deseo mucha suerte.

sábado, 24 de agosto de 2013

Ojos que no ven...

La vida es tan sorprendente... gente llega, gente se va. Todos aportan algo en ti o se lo llevan. Pero finalmente solo quedan los recuerdos, no las personas. 
Las personas se van, se van porque tienen que irse, porque la vida acaba, y se acabó.
Las cosas pueden cambiar de un momento a otro, puede acabar o empezar algo en un mísero segundo, de pronto, el día menos pensado, y cambiarte la vida. Para siempre.
Algo así me ha pasado a mi esta noche.
¿Recordáis que decía que tenía miedo de enamorarme? Ahora entenderéis por qué.
La luna estaba detrás de él.
Sonreía, y yo no sentía frío a pesar de que fuese madrugada y estuviésemos tirados en la calle. Todos se reían, lo pasaban bien. Yo solamente le miraba a él, que estaba justo en frente de mi. Y la luna detrás.
A veces me devolvía la mirada y me sonreía. 
Otras, creo que ni siquiera recordaba que yo estaba a dos metros de él.
Esta noche he comprendido que es mejor dejarlo ir. Si de verdad le quieres, déjalo ir.
No luches si ya has luchado y la otra persona es consciente. Retírate, te mereces algo mejor. 
No puedes estar luchando toda tu vida por alguien que lucha por otra persona.
Y me he dado cuenta de que estoy enamorada de verdad, estoy enamorada de verdad, aunque cada vez que me lo preguntasen mis amigos sonriese y mintiese: ''qué va, no es nada serio''
Pero que lo esté, de nada sirve si soy un pasatiempo. No quiero ser un capítulo más para la persona que me ha cambiado la historia por completo.
No quiero seguir así, creo que no me merezco esto. Y él mismo, esta noche me lo ha demostrado. 
Me ha demostrado que no es tan ideal como yo le creía, que no me quiere tanto como dice, y que no va a encontrar jamás en mi lo que busca.
También me he dado cuenta de que le quiero demasiado como para darle lo que él quiere.
Así que, después de haberle dedicado una última mirada firme esta noche, estoy en paz y tranquila, porque estoy segura de que él ya lo sabe.
Sabe que me retiro y que paso de sufrir, y en el fondo, tengo la esperanza de que vuelva a por mi, y me abrace con fuerza, como siempre.
Pero tal vez sea mejor que no lo haga.
Esta noche se me ha roto el corazón.
Digamos que estaba colgando de un hilo, y hoy ha decidido suicidarse.
Pero claro, tenía motivos.
Y, cuando te rompen el corazón, el mundo no se detiene para que tú lo arregles. Tienes que guardarte los trozos en el bolsillo y continuar el camino, e intentar no pincharte con ellos y hacerte más daño. 





martes, 20 de agosto de 2013

Luna llena.

¿Nunca habéis sentido ganas de ir a la luna?
¿No la veis maravillosa, allí arriba? ¿No pensáis que es preciosa y os quedaríais horas mirándola?
Entonces nunca habéis estado realmente enamorados.
O no os habéis enamorado a mi manera, de una forma romántica y distante.
Suele llamarse el arte de amar desde lejos.
¿Nunca habéis querido a alguien que no podéis tener? ¿A alguien inalcanzable?
Ya sea alguna persona famosa, o alguien a quien tengáis cerca, pero igualmente sintáis lejos.
Todo el mundo ha tenido amores platónicos, difíciles, imposibles. La típica persona en la que te fijas y no te atreves a acercarte a ella. 
Aunque tal vez vosotros tengáis el suficiente valor y autoestima para haceros notar y no perder oportunidades, yo no siempre soy así. Yo algunas veces he preferido amar desde lejos, y cuando los nervios participan demasiado, las mariposas empiezan a morir y el sentimiento empieza a volverse doloroso en vez de ser auténtico y especial como al principio, lo dejo y voy a encontrar algo nuevo.
Nunca a buscar, a encontrar.
Aunque a veces lo intento en vez de alejarme, pero tengo que acabar dejándolo igualmente.
Soy demasiado sensible y cobarde, lo reconozco. Pero siempre he tenido miedo de enamorarme.
Aunque es cierto que de los errores se aprende, que hay que intentarlo y arriesgar, y siempre se sacará algo bueno, ocurra lo que ocurra.
Pero es que, hay veces en las que prefiero que las cosas me encuentren a mi y me sorprendan. No tener que estar yo siempre pendiente de dejarme encontrar.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Confesiones de noches en vela.

Este blog se vuelca básicamente en sentimientos relacionados con el amor. Con la parte ''mala'' del amor, para ser concretos.
Y es que sí, es que es verdad, necesito un lugar en el que poder desahogarme que no sea un diario de papel.
Escribiendo en un diario, para ti misma, te das cuenta de muchas cosas, y reflexionas. Pero escribiendo aquí, en un blog, un sitio bastante más accesible para los demás, haces exactamente lo mismo, pero, a parte, das a conocer tus sentimientos más íntimos y eres incluso capaz de hacer que otra persona que siente lo mismo que tú, pueda llegar a leerlo y no sentirse sola. O tú mismo, el que escribe, puedes recibir un simple comentario que ponga: ''te entiendo perfectamente'', y sientes algo maravilloso.
Al menos a mi me pasa, aunque no siempre que escriba algo surge alguien que me entiende, me siento afortunada por esas pocas veces en las que sí.
Y esta noche quiero escribir sobre algo que me encanta. 
A mi y a poca gente, a ver si hay suerte y alguien lo entiende.
Hablemos de la lluvia.
¿No echáis de menos el invierno? ¿No echáis de menos las chaquetas, las botas, el ir abrigados?
¿Y esa sensación de encontrar calor en un abrazo?
Nunca me ha gustado el verano, no lo voy a echar de menos cuando se vaya. No me gusta el calor sofocante, ni los helados, y muchísimo menos los amores de verano.
Adoro la maldita lluvia, creo que fui una gotita en otra vida.
Nací en una nube y morí estampada contra el suelo.

lunes, 29 de julio de 2013

Por ti.

Son muchas las cosas que me pasan por ti, y sin que tú te des cuenta.
¿Sabes? A veces es doloroso. No digo que siempre, pero suele ser doloroso. Duele quererte en silencio. Pero creo que es lo mejor. 
De nada sirve hacértelo saber cada día, ¿para qué? Lo tienes presente, y eres como una mariposa manipuladora que va y vuelve. Nunca te quedas para hacerme feliz más de unas horas. Vas, y vuelves. De flor en flor.
Y yo espero tu llegada como una rosa mustia que espera la llegada del invierno. 
No me desespero porque sé que llegarás, tienes que hacerlo, siempre lo haces... pero te echo tanto de menos... Echo de menos que me mires a los ojos y me hables, sin miedo, y que me cojas de la barbilla para darme un beso.
Son pequeños recuerdos de instantes fugaces, pero me acompañan siempre.
Tal vez, algún día llegue otra mariposa que me haga olvidarte, que borre tus huellas de los pétalos de mi rosa, que sea más especial que tú y que no me abandone como haces tú siempre.
Y la verdad es que no te pido demasiado, solamente que me quieras siempre, y no sólo cuando te conviene. Quiéreme siempre. Ese era mi requisito.

martes, 5 de febrero de 2013

Un beso es sólo un beso.

¿Alguien sabe besar sin sentimiento?
Supongo que la mayoría de la gente, sí. Os lo tomáis muy a la ligera, y yo no consigo saber cómo lo hacéis.
Para mi, el concepto de besar, es casi sagrado. Yo sólo daría un beso a quienes quiero de verdad.
Por eso beso a mi madre, a mi padre y a mis amigos. 
Por eso sólo besaría al estar enamorada.
¿Qué sentido tiene besar a alguien que no quieres, alguien que sólo te guste por su apariencia física? 
¿Es que tiene algún sentido? ¿Os aporta algo? Tal vez yo no lo entienda porque nunca he besado sin estar enamorada, y no lo he vivido. Pero me da mucha pena que algunas personas sean así.
Pero bueno, he oído decir que un beso es sólo un beso, y tiene la importancia que tú quieras darle.
Puede no significar nada, o puede cambiarlo todo. 

lunes, 21 de enero de 2013

Pasar página.

Seguir adelante no cuesta demasiado. Depende simplemente de la persona.
Todo está en el cerebro, así que consiste en no pensar.
No recordar. No respirar.
Es sencillo.
Se puede estar muerto por dentro y aparentar estar vivo. Mucha gente lo hace.
Yo lo hago muchas veces...
Pero también es cierto que cansa. Aburre. Yo estoy aburrida de ser así, parece que no vivo, y soy demasiado joven aún como para condicionarme a no vivir.
Personas hay muchas, y muchas son las que pasarán por nuestra vida.
No merece la pena desvivirse por una. Nadie va a ser más especial que otro, y menos especial tampoco.
Amigos van a haber siempre, muchos o pocos, pero suficientes.
Chicos van a sobrar.
Y, de todas maneras... si no puedes pasar de página, haz como yo y cambia de libro.