Eres como un ave fénix que renace de mis cenizas.
Te siento así, dentro, aunque nunca me hayas tocado, ni nos hayamos mirado directamente a los ojos más de una vez.
Aunque nunca estés a menos de un metro de mi.
Siento tu fuerza, tu debilidad, tu ser, tu luz y tu sombra, día y noche, a todas horas.
Veo tu cara, la expresión de tus ojos la primera y única vez que nos miramos.
Esa conexión.
Oigo tu voz en todas partes, formas parte de cada pensamiento, de mi respiración.
Y es lo que siento, no lo exagero, escribo lo que quiero escribir y siento lo que quiero sentir, aunque tal vez no deba sentirlo.
Me gustas, me gusta sentirte, cerca, lejos, al lado, me da igual.
Me paras el tiempo, y eso me encanta.
Porque solo quiero sentirte a ti.
Por Lena.